Jaguares: Mi Despertar Ciudadano
Cuando me invitaron a participar con Los Jaguares, lo primero que me sorprendió fue que no era un partido político. Era gente hablando de problemas reales —trámites que frenan obras, proyectos estancados, corrupción— y queriendo mover el país. Esa sensación de “despertar ciudadano” me tocó; además, pronto entendí una verdad incómoda: el presidente no tiene la última palabra; la cancha decisiva está en la Asamblea Legislativa (57 diputados). Ese “clic” cambió mi forma de ver la política y me dio ganas de involucrarme.
¿Quiénes son “Los Jaguares” y qué defienden?
En lo cotidiano, Los Jaguares se entiende como un movimiento ciudadano: personas que abrazan el jaguar como símbolo de ímpetu y valentía para empujar reformas pro-desarrollo. La narrativa es sencilla: menos burocracia que traba, más capacidad de ejecutar, vigilancia ciudadana, y presión pública para que los proyectos avancen.
Yo lo viví así: “me invitaron, vi que no era una agrupación política sino un frente cívico contra lo que daña al país”. A muchos nos unió la frustración por proyectos bloqueados y por esa sensación de que “los mismos de siempre” juegan con la agenda pública. Desde ahí, el jaguar pasó de ser un ícono llamativo a un signo de participación: informarse, fiscalizar, exigir resultados.
Ley Jaguar: origen, objetivos y evolución legal (cronología rápida 2024–2025)
En junio de 2024, el Poder Ejecutivo impulsó un paquete bajo la marca “Ley Jaguar para impulsar el desarrollo de Costa Rica”, con la idea de someter vías rápidas para ejecución de obra pública y simplificación a consulta ciudadana (vía referéndum) o al Congreso. El enfoque era claro: agilizar trámites, destrabar proyectos, reducir costos/tiempos e introducir cambios institucionales para que “lo que hoy tarda años, mañana sea meses”.
Durante 2024–2025, el tema se mantuvo en agenda con mensajes oficiales que insistían en que la “Ley Jaguar sigue viva”, incluso cuando el camino político-legal fue variando. La comunicación oficial usó el jaguar como sello discursivo de ese impulso reformista.
Mi vivencia en ese lapso: al escuchar “no vamos a aflojar”, conecté con la idea de persistencia. Pero también aprendí que los ritmos institucionales no cambian por discurso: los convencen los votos en Cuesta de Moras y el cumplimiento de requisitos legales.
Movimiento ciudadano vs. partidos: ¿en qué se diferencia de MOTIVA?
Aquí está una confusión frecuente: Los Jaguares (movimiento ciudadano) no son un partido político. En paralelo, en 2025 el TSE autorizó la inscripción del partido Movimiento Tiempo de Valientes (MOTIVA), que incluyó un jaguar en su bandera.
¿Por qué importa? Porque tener el jaguar en la divisa de un partido inscrito activa reglas de neutralidad y beligerancia política que sí aplican a autoridades y recursos públicos. Es decir, el símbolo dejó de ser neutro cuando pasó a ser emblema partidario.
Yo, que me sumé a Los Jaguares por razones cívicas, tuve que separar mentalmente ciudadanía organizada de estructura partidaria: objetivos parecidos en lo discursivo, canales y obligaciones jurídicas distintas.
MITO: “Los Jaguares son un partido”REALIDAD: Falso.
MITO: “El Presidente decide todo”REALIDAD: No.
MITO: “El TSE le quitó el jaguar al pueblo”REALIDAD: Inexacto.
MITO: “La Ley Jaguar murió”REALIDAD: Depende.
Preguntas frecuentes
¿Los jaguares son un partido político?
¿Los jaguar?
¿Por qué el gobierno no puede usar el jaguar?
¿Cómo participar sin metere en líos legales?
Conclusión
El jaguar encarna una energía social: empujar sin aflojar. Pero el debate de 2025 nos recordó que los símbolos importan legalmente y que la democracia funciona con pesos y contrapesos. Yo me quedo con lo que me activó desde el principio: “esto no es un partido, es gente harta de ver nuestro país de mal en peor”.
Los jaguares me permitió ver que si podemos hacer algo por nuestro país, para que no se siga perdiendo a como lo ha hecho en estos años anteriores.
Si podemos hacer algo por cambiar las cosas, pero solo si estamos bien informados, esto es algo que Jaguares sabe hacer muy bien. Sinceramente, me siento agradecido con este movimiento.
Si canalizamos esa energía hacia reformas claras, metas medibles y vigilancia ciudadana, el jaguar deja de ser una imagen y se vuelve resultado potente para los cambios que necesitamos como nación.