Recuperar el país es un deber moral

Si siente que la política le dio la espalda, es porque lo hizo. Durante décadas, una élite nos hizo creer que el poder estaba en la Asamblea. Se equivocaron. El poder real siempre ha estado en el pueblo.

CONOZCA NUESTRA CAUSA

El fin de la paciencia

Jaguares existe porque la democracia costarricense fue secuestrada. Un grupo de élites políticas y económicas, los mismos de siempre, la convirtieron en un cascarón vacío: un ritual de elecciones cada cuatro años para legitimar sus privilegios mientras el país se desmoronaba. Crearon un sistema donde la justicia, la salud y las oportunidades son para unos pocos, mientras la mayoría recibe las migajas y el abandono.

Nuestra razón de ser es simple y contundente: devolverle el poder a la gente para restaurar el orden y el propósito nacional.

Existimos porque esa mayoría silenciosa se cansó de esperar. Se cansó de la "demofobia" de quienes nos gobiernan: el miedo que le tienen a un pueblo informado y organizado.

Contra la política de escritorio y la indiferencia

La mayor enfermedad de Costa Rica ha sido la política de escritorio. Decisiones que afectan su vida son tomadas por personas que no saben cuánto cuesta un galón de leche, que nunca han sentido el pánico de una balacera cerca de su casa, ni han esperado meses por una cita en la Caja. Gobiernan desde una burbuja, con tecnicismos y excusas, ignorando el clamor de la calle.

Somos la ruptura total con ese modelo. Somos la política del territorio, del contacto directo, del "tico" que entiende al "tico".

No creemos en soluciones mágicas desde un ministerio; creemos en el poder de las comunidades organizadas para resolver sus propios problemas.

El fin de la paciencia

Jaguares existe porque la democracia costarricense fue secuestrada. Un grupo de élites políticas y económicas, los mismos de siempre, la convirtieron en un cascarón vacío: un ritual de elecciones cada cuatro años para legitimar sus privilegios mientras el país se desmoronaba. Crearon un sistema donde la justicia, la salud y las oportunidades son para unos pocos, mientras la mayoría recibe las migajas y el abandono.

Nuestra razón de ser es simple y contundente: devolverle el poder a la gente para restaurar el orden y el propósito nacional.

Existimos porque esa mayoría silenciosa se cansó de esperar. Se cansó de la "demofobia" de quienes nos gobiernan: el miedo que le tienen a un pueblo informado y organizado.

Contra la política de escritorio y la indiferencia

La mayor enfermedad de Costa Rica ha sido la política de escritorio. Decisiones que afectan su vida son tomadas por personas que no saben cuánto cuesta un galón de leche, que nunca han sentido el pánico de una balacera cerca de su casa, ni han esperado meses por una cita en la Caja. Gobiernan desde una burbuja, con tecnicismos y excusas, ignorando el clamor de la calle.

Somos la ruptura total con ese modelo. Somos la política del territorio, del contacto directo, del "tico" que entiende al "tico".

No creemos en soluciones mágicas desde un ministerio; creemos en el poder de las comunidades organizadas para resolver sus propios problemas.

El Pueblo Soberano y la fuerza del Jaguar

Pueblo Soberano: El Vehículo Electoral

Muchos se preguntan cuál es nuestra relación con el partido Pueblo Soberano. La respuesta es clara y estratégica: Pueblo Soberano es el vehículo electoral que nos permitirá competir en las elecciones de 2026, una herramienta necesaria bajo las reglas actuales.

Jaguares: El Motor y el Camino

Somos el movimiento territorial permanente, la base ideológica y la estructura organizativa que garantiza que el proyecto no dependa de una sola persona ni de un ciclo electoral. Un partido se inscribe y puede desaparecer. Un movimiento ciudadano como el nuestro echa raíces profundas en cada cantón y permanece para vigilar, defender y construir, sin importar quién esté en el gobierno.

Pueblo Soberano llevará nuestra voz a las urnas. Jaguares se asegurará de que esa voz sea la de un pueblo fuerte, unido y organizado.