La defensa y reconstrucción de Costa Rica empieza en su barrio, en su comunidad. Estamos creando y fortaleciendo una red de líderes locales en cada uno de los cantones del país. Estos comités son nuestros ojos, oídos y manos en el territorio. Su misión es vigilar los problemas locales, proponer soluciones desde la base y actuar de forma coordinada para presionar por el cambio. Es la aplicación de nuestra filosofía: «Organizar antes que improvisar».

Un comité aislado tiene fuerza limitada. Cientos de comités conectados son una fuerza imparable. Nuestro segundo propósito es tejer una red nacional que una a todos los Jaguares del país. Desde Talamanca hasta La Cruz, desde el Valle Central hasta las costas, somos una sola manada que comparte información, coordina acciones y se apoya mutuamente. Esta red es la garantía de que ninguna comunidad volverá a sentirse sola o abandonada por el poder central.

Para que la voluntad del pueblo se respete, debemos ser guardianes del proceso democrático. A través de nuestra estructura, damos sustento y fiscalización al proyecto electoral de Pueblo Soberano. Nuestra labor es asegurar que los candidatos que lleguen a la papeleta sean los mejores, no los que impongan las cúpulas.